COMPROMISO DE LOS MUNICIPIOS DE CHILE CON UN ACUERDO NACIONAL DE SUPERACIÓN DE LA CRISIS SANITARIA Y SOCIAL
El coronavirus llegó en un momento de tensión social, en que la confianza en la clase política, gobernantes e instituciones se encuentra fuertemente resquebrajada. Las municipalidades han sido un ejemplo en estos meses de un trabajo cercano y comprometido con los agudos problemas cotidianos que enfrentan los chilenos en cada región y comuna del país. Ello nos ha permitido advertir con claridad sobre las urgencias y necesidades que enfrenta la población en esta crisis sanitaria y social. Las diversas instancias de diálogo realizadas en estos meses con alcaldes, concejales y funcionarios municipales del país, nos permiten hoy proponerle al país y al gobierno el inicio de una nueva etapa hacia la que debemos converger todos los actores.
EN LO SANITARIO
- Esta etapa -caracterizada por un sistema de salud saturado- debe estar centrada en un cambio en la Estrategia Sanitaria que se ha seguido hasta la fecha. Lo realizado hasta hoy, muestra aciertos y errores que nos permiten aprender y redefinir los pasos a seguir.
El país ha construido durante décadas una extensa red de Atención Primaria en Salud, que lamentablemente, no se ha sabido aprovechar en estos últimos meses. Hoy en día la urgencia nos exige el fortalecimiento inmediato de la Red de Atención Primaria en Salud, para que ello sea posible, es indispensable:
- Asignar recursos para la contratación de personas que ayuden a fortalecer al personal de salud, fuertemente exigido en estos meses. Ello debe permitir el reemplazo de personal contagiado, el estudio y seguimiento de los contagios comunales, la toma de muestras para test PCR y todas las labores de apoyo que la emergencia requiere.
- Todo el personal de Salud debe tener garantizados los dispositivos de protección personal; cada vez es más alto el porcentaje de contagiados que corresponden a funcionarios de la Atención Primaria en Salud.
- Existen más de 30 Laboratorios Clínicos Municipales, ellos están disponibles a lo largo de Chile, pero no han sido preparados para el procesamiento de muestras, desaprovechando una valiosa infraestructura que puede ayudar a aumentar el número de testeos que se realizan cada día.
- Es fundamental la habilitación de Residencias Sanitarias en todas las comunas del país donde existe un número importante de contagios. Este es el caso, por ejemplo, de todas las comunas del Gran Santiago y comunas de alta población en las regiones del país.
- Es necesario definir, con los mismos municipios, las estrategias más adecuadas para abordar la salud mental y la atención de pacientes con enfermedades crónicas que no deben ser expuestas a la pandemia. Ello exige también más personal y un programa de visitas domiciliarias que se anticipen a los desafíos colaterales que trae la pandemia.
- Esta emergencia debe dejar como enseñanza la ineludible importancia de la Salud Primaria. Las últimas reformas al sistema de salud chileno abordaron desafíos importantes: ley AUGE, acreditación, deberes y derechos de los pacientes, sin embargo, no hubo una reforma a la institucionalidad de la Salud Primaria en Chile. En el mediano plazo Chile debe abordar esta reforma a la Salud Primaria, desde ahí será posible construir un país más sano.
EN LO ECONÓMICO
- Diversas instancias de expertos y economistas de todos los sectores han hecho ver que la magnitud de la emergencia requiere de mayores recursos que los anunciados hasta la fecha. Los recursos de Chile son de todos los chilenos y el país hoy día nos dice que es preciso enfrentar bien la emergencia e ir en ayuda de muchos chilenos en situación desesperada. El horizonte de los US$ 12.000 millones de dólares que algunos han planteado, es el piso mínimo para la magnitud de lo que se debe enfrentar en los próximos 12 meses.
- Nuestra Asociación Chilena de Municipalidades ha planteado con fuerza el grave déficit presupuestario que enfrentan los municipios. Las medidas de postergación en los pagos de contribuciones, permisos de circulación, licencias de conducir o menores ingresos de patentes comerciales, entre otras, representan un déficit que puede llegar a los $900 mil millones. Es necesario que el Estado cubra este déficit, garantizando a los municipios, al menos ingresos equivalentes a los del año 2019. No son los municipios los que pueden ahorrar, los municipios son los que deben ir en ayuda de la comunidad –como lo han estado haciendo- y es indispensable sostener este rol clave.
EN LO SOCIAL
- El devenir de esta crisis sanitaria y social puede ser aún más grave con el paso de las semanas y meses. La “ollas comunes” resurgen como respuesta espontánea al amparo de organizaciones y municipalidades. La inseguridad y el narcotráfico avanzan peligrosamente, incluso se ven atisbos de una “narcobeneficiencia” inédita. Las políticas públicas, las medidas extraordinarias adoptadas y la extensa red de protección social del Estado, del cual formamos parte, no pueden disminuir y es necesario responder a la altura del desafío que se enfrenta. Como conocedores de la realidad local y valorando el aporte de diversos actores, se propone:
- Redefinir el Ingreso Familiar de Emergencia para entregar a todas las familias que lo requieren ingresos mínimos de subsistencia. Ello debe abarcar hasta el 80% de los hogares de Chile, en la medida que se advierta una situación de cesantía, pérdida de sus ingresos habituales o imposibilidad de realizar sus actividades laborales normales. Este ingreso debe, al menos, llegar al Ingreso Mínimo actual de $320.500 más $50.000 por cada carga familiar que supere las 3 personas en el núcleo familiar. Este ingreso debe mantenerse durante el presente año, eliminándose en la medida que los ingresos familiares retomen la normalidad.
- La entrega de canastas de alimentos sólo debe mantenerse si se estima que es el mejor medio para ayudar a familias en extrema necesidad y si esto se hace a través de los municipios e incorporando al comercio local.
- La subsistencia de las familias chilenas depende del empleo y todo indica que cada día serán más los chilenos que han perdido su trabajo. Las medidas anunciadas hasta hoy resultan escasas e insuficientes; la anunciada ley de protección al empleo, si bien ha permitido evitar el despido de muchos trabajadores, también les ha dado a las empresas una salida fácil para no hacerse cargo de los trabajadores. Proponemos, con carácter de urgente:
- Definir las condiciones de un subsidio al empleo que promueva la contratación y que esté especialmente dirigido a pequeñas y medianas empresas. Un programa de este tipo debe tener la envergadura suficiente para la recuperación de entre 500 mil a 1 millón de puestos laborales, en el marco de los próximos 18 meses.
- Presentar un Plan Nacional de obras públicas y viviendas que faciliten la absorción intensiva de empleos en todo el país. La historia ha enseñado que este es un camino de recuperación en grandes crisis económicas. En estos casos especialmente, es justificable el endeudamiento del país, se trata de inversiones con grandes potencialidades de activación de las economías locales y de cientos de miles de familias.
- Fortalecimiento de las Oficinas de Intermediación Laboral (OMIL) de los municipios. Estas oficinas deben contar con programas del Ministerio del Trabajo que permitan el apoyo activo a las micro y pequeñas empresas locales y al comercio. Los programas pueden estar orientados a la habilitación de plataformas de comercialización de productos y servicios, donde los medios tecnológicos necesarios sean provistos por el municipio. De la misma manera, la entrega de insumos para la producción, facilitación del transporte de productos e insumos o el asesoramiento en toda la cadena productiva, de comercialización y distribución, sean respaldadas por estos programas municipales.
- Los cambios y alternativas estratégicas que proponemos requieren de un conocimiento focalizado de la realidad de cada territorio, es allí donde es posible dialogar con cada familia y buscar las soluciones adecuadas a cada contexto. En ello, alcaldes, alcaldesas, concejales, concejalas y funcionarios municipales estamos comprometidos con todo nuestro esfuerzo y labor. Hay conciencia en todos los sectores que el drama sanitario, se traduce en vidas humanas y en situaciones de pobreza desesperada. Las decisiones económicas, las modificaciones a las estrategias sanitarias, o la instalación de un Plan Nacional de Emergencia Social, no solo son urgentes, sino que requieren la colaboración transversal de todo el país. Por ello acogemos los llamados al diálogo, para discutir éstas y otras propuestas, con sentido de urgencia y con el mismo compromiso de siempre con Chile y cada uno de nuestros vecinos.